miércoles, 31 de agosto de 2011

Y nacerás

Te he visto crecer. Admirada, sorprendida y ausente. Te apropiaste del cuerpo de tu madre como si fuera cosa tuya, sin pedir permiso, sin pedir disculpas. Que nadie pidió permiso para engendrarte, dirías tú. Que nadie se pierde la oportunidad de reencarnar, dirá tu alma... Te he visto crecer y nada dije al respecto.


Me llamaron hace un rato porque nacerás. Hoy, al final de las consultas que tenga que atender el médico de tu mami. El cuerpo de tu mamá reabsorbió parte del líquido amniótico y el cuello de su útero no se acortó como se esperaba. Así que, para evitar riesgos, nacerás por cesárea.

Agradezco a la vida la oportunidad que me da de poder interactuar contigo. Agradezco al universo, a ese Uno del que todos somos parte el poder recibir a un pedacito del cielo entre nosotros.

No, no podré conocerte hoy, como me hubiera gustado. Y tu abuelo materno tampoco: Tenemos dos días con gripe y yo hasta generé una tos inexplicable. Ha querido el destino que fuera así.

Pero no me angustio. No me inquieto. Tenemos toda una vida por delante para conocernos. Sólo quería decirte que sí, aquí te espero. Ansiosa como estoy para reencontrarnos, después de tan larga espera!

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