viernes, 1 de octubre de 2010

A tí, primero que nadie...

Para que puedas leer esto, deberán pasar muchos años y algunos meses. Los meses que pases en la barriga de tu mamá.  Y muchos más años de los que tu mamá cree. Sí, porque el saber leer y escribir no te dará, aún, la capacidad de entender todo lo que yo aquí quise plasmar para tí aquí. Por supuesto, a medida que lo leas, todo irá cambiando para tí, como pasa con los libros que yo más recuerdo de mi niñez que, leidos ahora, cambian frente a mis ojos y resultan sosos o aún más hermosos.

Pero me gustaría ver tu cara cuando leas estas líneas. Sí, porque no será sólo de sorpresa. Después de todo, lo sabrás pronto, no a todo el mundo le escribieron cartas antes de venir al mundo. Además, ya lo habrás comprobado, no todo el mundo es como tu tía, que no se pudo aguantar las ganas de contarte cosas y, para que nada se le escapara ni se le olvidara, te escribió antes de nacer.

Y ha de ser por eso de que no somos como todos los demás tíos y sobrinos del mundo, que tú y yo somos familia....

Escrito el 1 de octubre de 2010.